Mi trabajo número quinto fue el de limpiar los establos de Augías en un solo día, los establos eran de Augías, el rey de la Élide, y los establos por narices no podían sufris enfermedades, y, los más chungo, es que no había sido limpiado nunca, así que imaginaos la de mierda que había en aquel `esterpolero´.
Seguro que el listo de Euristeo me coló ese trabajo para humillarme... Pero no fue así, aunque en esa prueba no valiera la fuerza, pude demostrar mi ingenio, así que, lo que hize fue desviar los cauces de unos ríos de por allí, y cavar un canal que pasara por los establos y se llevara toda la porquería de allí. Y así complee mi quinto trabajo.
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